QUEBRANTAHUESOS - Gypaëtus barbatus -
Clase : Aves
Orden : Falconiformes
Familia : AccipÃtridos
Género y especie : ( Gypaëtus barbatus ) . Quebrantahuesos, ugatza, trencalòs, gypaète barbu, bearded vulture.
Hábitat : Paredes verticales
Alimentación : Osteófago
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El quebrantahuesos ( quebrantón para los amigos ) es el rey / reina – difÃcil distinguir su sexo – de los cielos de Eurasia y Ãfrica. Hasta el siglo XVIII estuvo presente en todos los macizos y acantilados ( desde el nivel del mar Mediterráneo hasta los 8.000 m del Everest ) de parte de Asia, Oriente Medio, Alpes y paÃses mediterráneos ; ahora aislados en reductos escarpados como en la PenÃnsula Ibérica ( pérdida de su territorialidad progresiva hasta la segunda mitad del siglo XX; en 1987, el último individuo, desapareció de Cazorla por envenenamiento ) que tiene su último refugio en los Pirineos ( reintroducciones en Cazorla – Segura, 2006 y Picos de Europa, 2007 / 2008 ) que cuenta con el 82 % de la población europea. Rapaz sedentaria , catalogada como especie en peligro de extinción, ha tenido un ligero remonte gracias a proyectos conservacionistas; se estima una población de ± 400 individuos, con 117/130 parejas reproductoras en los Pirineos: Vertiente española ( Aragón 61 % - región europea con mayor número de ejemplares -, Cataluña 32 % y Navarra 7 % - en el s. XIX, nidificaba a 20 km de Pamplona, roquerÃo Dos Hermanas, municipio de Irurtzun -) y vertiente francesa: 25 parejas.
Dentro de las 4 especies de buitres ibéricos ( buitre negro o Aegypius monachus; leonado o Gyps fulvus, y alimoche o Neophron percnopterus ) es el más especial y alejado de éstos. Quizá su nombre cientÃfico, Gypaëtus barbatus, nos dé alguna pista: Gyps = buitre, y Aëtos = águila, ambos del griego, y barbatus = barba, del latÃn. La verdad es que tiene caracterÃsticas de ellos y todo de sà mismo, porque es único: Envergadura 234 / 280 cm y longitud, 110 / 150 cm ( ala plegada 72 / 84 cm, con un par de centÃmetros más en la hembra ) y peso de 5 / 7 kg. Ojo con iris amarillo ( joven o “ inmaduro †, pardo amarillento ), englobado en un anillo esclerótico de color rojo intenso. Pico acerado, 78 x 60 mm, ligeramente aplastado a los lados y mandÃbula superior en gancho; contiene una lengua rÃgida, con una callosidad en la punta en forma de gubia que usa para extraer la médula ósea. Perilla ( barbatus ) de 50 / 60 mm, de plumas rÃgidas - a modo de cerdas - al igual que el bigote. Frente y mejillas blancas, punteadas de negro. Enmarcan la cara dos bandas negras desde el pico hasta detrás del ojo. Dorso, alas y cola, gris pizarra a negruzco, punteado de blanco por el raquis ( varilla central que divide la pluma ). Garganta, pecho – con un collar, discontinuo, en negro – y tarsos emplumados ( calzas ) hasta el nacimiento de los dedos, coloreados de blanco ( en cautividad su librea es blanca en contraste con el negro alar ), amarillo al naranja vivo ( se maquillan, buscan aguas y barros que contengan óxido de hierro para impregnarse; no se sabe el porqué ..., y se teorizan varias hipótesis ). Presenta una muda asimétrica y desordenada ( nunca pierde 2 plumas adyacentes que pudieran entorpecer el vuelo; sirva de patrón de plumaje para el resto de rapaces ) de mayo a noviembre; época delicada y de mayor gasto energético ( 5% de la energÃa total ).
Patas cortas y torpes – con andares a estilo pato – y unas garras, gris azuladas, débiles, no aptas para la depredación, pero sà para portear la mitad de su peso ( antiguamente su cabeza y garras sirvieron de modelo, en Oriente Próximo, al mÃtico “ Grifo †donde nació este ser bestiario que , posteriormente, fue reemplazado por el modelo del águila real ... ¡ Históricamente se le ha atribuido – influenciados por creencias religiosas que veÃan en su aspecto fÃsico al “ maligno †– el rapto de niños y ganado, falsamente documentado y con testimonios ...¿ supuestamente reales ? ! ); dormita de pie. Vuela en dÃas de niebla y bajo la lluvia. Sin dimorfismo sexual ( de hecho es muy difÃcil, incluso para los ornitólogos, diferenciarlos ...; aunque la hembra es sutilmente mayor ).
El joven inmaduro ( inferior a 7 años ) es de color pardo oscuro, con cola corta y alas claras, que se van transformando en las sucesivas mudas hasta la edad adulta ( 7 años ).
Silencioso y poco guerrero emite esporádicamente ( parada nupcial ) sonidos débiles y agudos: “ pfyii – yu ... fiiii †( ¡ y no es coña ! ) . Su respiración es muy eficaz y rápida ( se renueva continuamente para la captación del enrarecido oxÃgeno ), como ave, sus huesos son huecos y finos ( antiguamente se usaban como flautas ) que, junto a los sacos aéreos, el flujo de aire es permanente, imprescindible en altitudes de + 8.000 m.
Extraordinaria vista ( dos fóveas, humanos una. Los buitres detectan la carroña por la vista, no por el olfato – excepción de América, en la selva - . Las aves tienen poco desarrollado este sentido ), capaz de distinguir pequeños movimientos en el suelo, o de ver a través de la niebla. Su oÃdo está formado por un hueso, columela , un orificio auditivo que se abre en el plumaje, cerca del ojo, que le permite, entre otras cosas, percibir las fluctuaciones de la presión atmosférica, fundamental en el vuelo.
Su régimen alimenticio es único: osteófago ( médula, cuerpo óseo, ligamentos y restos cárnicos adheridos, en una cuantÃa de 70 / 80 % ), aunque no desdeña cadáveres pequeños de mamÃferos y aves ( usualmente, marmotas y palomas torcaces ). O la piel de las carcasas; junto a una residual depredación, normalmente de reptiles ( lagartos, y en latitudes propensas, tortugas; lentos y vulnerables cuando se asolean, ya que de las 4 especies de buitres ibéricos, morfológicamente - junto al alimoche - presenta tÃmidas capacidades depredadoras ). En una búsqueda que le puede ocupar hasta el 80 % de la jornada diurna, para satisfacer una ingesta de 700 / 1.000 g; con una cuantÃa anual de 350 kg de alimento. Para ello patrulla el territorio a baja altura, en un vuelo lento, ± 35 km/h, más cercano al económico vuelo a vela de los buitres que a la técnica de caza rasante del águila real. Como curiosidad, deciros que, ocasionalmente, picotea alguna planta e ingiere las egagrópilas de otras aves, en especial, las del búho real - Bubo bubo -, la gran rapaz nocturna de riscos y montañas, en busca de los restos óseos no digeridos.
Puede tragar grandes huesos ( le encantan las patas enteras de rebecos y ovejas ) gracias a la apertura de sus maxilares, 90 mm, con ligamentos elásticos, que le permite el tránsito de huesos del tamaño de un puño ; lengua larga en forma de gubia y terminada en una callosidad adaptada a la succión de médula ósea ( tuétano, grasiento y nutritivo ). Esófago fuerte, elástico y largo, 21 / 25 cm, capaz de distenderse para engullir patas enteras – hasta de un sarrio adulto -. Su buche – a diferencia de otros buitres que almacenan alimentos –es Ãnfimo; estómago potente ( a prueba de todo, como el de la hiena y del cocodrilo ), 17 x 6 cm, que contienen una elevada concentración de células secretoras de ácidos, capaces de disolver huesos en 30 horas; y un intestino de 184 cm, que capta los nutrientes (p. ej., la osteÃna; necesita un aporte mÃnimo diario entre 500 / 700 kcal y obtiene: 100 g de hueso = 161 kcal y 100 g de carne = 140 kcal ... Si bien puede ayunar durante dÃas, ya que es un maestro en el ahorro energético ); en cambio, no digiere los materiales córneos - pezuñas, cuernas, pelaje -, que regurgita en forma de egagrópilas de hasta 10 cm de diámetro ( bolas cilÃndricas con los restos indigeribles, usual en las rapaces y córvidos ).
Las heces son blancas, sólidas y cilÃndricas - llamadas " tizas " -, con alto contenido en calcio y ácido úrico. Y, si no habéis comido - por eso del asco y de guardar la dieta -, a parte de acudir a vertederos – costumbre entre muchos animales, incluido, por desgracia, el hombre -, os dirÃa que, si tiene mucha hambre, provoca el vómito a los buitres, para ingerir el contenido de sus buches; y come egagrópilas - os acordáis: excremento por vÃa bucal - del búho real, para aprovechar los huesecillos que éste no digiere ( a diferencia de las rapaces diurnas, las nocturnas no trituran sus presas ). Amén de hurtar en vuelo conejos, marmotas y palomas de las garras de la depredadora águila real; o piratear, sin ningún tipo de escrúpulos, el botÃn de cualquier ave - milanos, alimoches, chovas, etc -; para ello, sobrevuela al cazador cazado, hostigándolo con contÃnuos aletazos hasta conseguir su propósito. Y, a su vez – vÃctima y verdugo – ser parasitado por otros quebrantahuesos, milanos y cuervos ( le atacan con picotazos en las plumas de la cola y alas ).
Esto no implica , aunque parezca contradictorio, que sea agresivo, ya que su menú ni se pudre ni se agota - ¿ quién puede digerir un hueso ? -, y él lo sabe: en el festÃn de la carroña espera el último e ingiere los huesos tragables, para transportar - con las garras - osamentas o huesos no superiores ( esqueleto, sin dividir, de oveja 5 / 7 kg, fémur, tibia, cráneo ) a la mitad de su propio peso, hacia los “ rompederos †( lugares pedregosos - 2 / 3 pedrizas, 1 / 3 rocas compactas orientados al sur – evita más la innivación-, expuestos al viento – facilita la maniobra aérea – y pendientes de ± 45 º - favorece los rebotes - ) en un vuelo horizontal que no supera los 40 km / hora; reduce la velocidad, suelta el hueso a la altura relacionada con el tamaño de éste ( mayor tamaño = mayor altura = mayor posibilidad de no encontrar los restos ...; 20 / 150 m ); nada más soltarlo, desciende en espiral a recogerlo, bien para comérselo o empezar de nuevo.
Disponen de varios rompederos, algunos muy cerca de los nidos . Guarda reservas de cara a la carestÃa, gracias a su buena memoria para recordarlos ( viejos nidos, repisas, oquedades, posaderos y, sobre todo, los rompederos cercanos a los nidos. Además los huesos secos son más energéticos); ya que goza de una gran retentiva visual y conoce a la perfección su territorio. Éste se divide en tres zonas diferenciadas por la mayor o menor tolerancia al paso de otras aves. El principal reducto lo ocupa la zona de nidificación: bastión familiar inviolable y exclusivo para toda especie ( generalmente, águila real, córvidos y buitres ). Conforme se amplÃa el perÃmetro que circunda al nido, la agresividad de la pareja disminuye, hasta relajarse en el extremo territorial, donde la vecindad con otras aves carroñeras y rupÃcolas, si no llega a la amistad roza las buenas maneras.
En otoño ( últimos de octubre / diciembre ) empieza el cortejo ( más fácil de ver son las paradas nupciales de cualquier rapaz – los milanos están en las carreteras y los ratoneros son muy comunes - ... ¡ aprovechad, es un espectáculo único ! ). Los amantes quebrantones se sitúan uno al lado del otro, a veces en un baile circular que los eleva; ala contra ala y vuelos superpuestos. se picotean en cabeza y cuello, para caer en un espectacular picado con los tarsos extendidos, hasta casi tocar el dorso de la pareja y voltearse para estrechar las garras en un abrazo aéreo de caÃda libre en forma de tirabuzones. La magia de los vuelos nupciales bajo la romántica música de fondo de unos silbidos agudos, notas de éxtasis y clÃmax, orquestados por el viento. Asimismo, en cualquier percha rocosa cercana al nido, gesticulan movimientos de cabeza, cuello y torso en inclinaciones - ademán de reverencias - como colofón al ritual nupcial más teatralizado de los buitres ibéricos. Tanto alarde sexual y escenificación , para una monta fugaz inferior a los diez segundos, con una media de 3 / 5 cópulas diarias, de mayor frecuencia al anochecer, e intensificadas en las semanas previas a la puesta, en pleno periodo fértil; lenguaje corporal que eleva la libido allá en las alturas, sobre promontorios rocosos o, escasamente, en el nido, pero siempre en sus cercanÃas.
Una particularidad es su tendencia sexual a los “ trÃos †( poliandria ), la pareja reproductora acepta la participación de un macho – normalmente inmaduro – que comparte todo ( copulan entre sÃ: macho con hembra, macho con macho; incubación y cebas ); esta particularidad es más usual en la vertiente española, ± 25 %, y tienen más problemas de fecundidad que las parejas convencionales ( de hecho, este singular comportamiento se da en poblaciones inseguras, de escasez trófica y de nidificación, perturbaciones humanas o parentesco; en definitiva, con problemática de futuro ); ambas con una densidad de 2 a 3 parejas por 1.000 km2 . El nido ( 2 / 11 , la rotación evita la invasión de ectoparásitos ) inaccesible, siempre en un acantilado, a ser posible una oquedad (usual en 68 % = protección: microclima y seguridad ) o, en menor porcentaje, en repisas; con un rango altitudinal de 700 / 2.100 m. Buscan la orientación Este ( sol ), con suelo plano y amplia entrada ( si el paraje fuera bueno, estarÃan ubicados muy cerca entre sÃ, pero alejados de otra pareja reproductora 10 / 16 km, además puede modificarse anualmente y es defendido contra cualquier intruso: buitres, chovas - córvidos en general -, otros quebrantahuesos ... ). En su construcción el macho acarrea el material y la hembra lo distribuye: El quebrantón es más participativo, 72 %; acumula ramas secas de 50 / 100 cm ( diámetro 160 / 200 cm y profundidad del cuenco, 45 / 120 cm), mientras la hembra suaviza el lecho con lana, pieles, plumas, pelos ( muy importantes como aislamiento térmico cara al invierno = muerte por hipotermia . Una de las razones por las cuales se usan huevos de parejas que, presumiblemente, tienden al abandono, para incubarlo en cautividad de cara a la reintroducción ), junto a restos orgánicos - huesos y pezuñas -.
La puesta ( últimos de diciembre / principios de marzo en pleno invierno, 6 meses de crianza, con la finalidad de que el pollo vuele - pollo volantón o volandero - en época idónea, verano, con una permanencia en el nido de 117 / 127 jornadas ); a intervalos de 3 / 7 dÃas , entre 1 / 3 huevos, normalmente 2 , con un peso de 230 / 250 g de color crema con difuminadas manchas pardas ( por contacto, también se tiñen de óxido de hierro ). La incubación ( la más prolongada de los buitres ibéricos ) también es alterna - a partir del nacimiento prevalecerán los cuidados maternos-, en un periodo de 55 / 58 dÃas, desde la primera puesta, con una media usual de dos relevos diarios, 1 / 5 ( la hembra prefiere la noche y el macho dormita aparte ); no suelen dejar sólo el nido, y, en caso de hacerlo, lo tapan con lana ( época delicada a causa de expolios e intromisión: alimoches, córvidos, batidas de caza, actividades deportivas y fotografÃas próximas ..., el ruido = cualquier abandono, aún breve, puede matar por hipotermia). La eclosión es en pleno invierno ( febrero / abril ) y el mayor tiene ventaja sobre el segundo, le ataca para matarlo ( cainismo = Cain bÃblico ), propiciado por la acaparación de cebas y la preferencia alimentaria de los padres ( el segundo es una baza por si el primero no eclosiona ); o, muere por picotazos maternos ( ineludible instinto de asegurar la supervivencia, marcado por el genoma. Hecho que en principio parece ilógico - desgaste de crear huevos para nada - y cruel; es una estrategia reproductora, que asegura un descendiente ).
Nace con un peso de 80 / 140 g, cubierto de plumón blanco, con matices grises a ambos lados de la cabeza, que, progresivamente, se irá generalizando- gris azulado -; su crecimiento es lento: alimentado con carne durante las primeras semanas ( una pareja necesita 50 / 60 osamentas de oveja por año para sacar adelante al pollo, con una tasa de abandono reproductivo de ± 15 % ); a los 35 dÃas aparecen los primeros cañones; en 5 / 6 semanas se levanta y se desplaza por el nido; a los dos meses está casi emplumado ( si se siente amenazado hincha las plumas y extiende las alas, usual en otras rapaces ) y coge huesos con el pico.
En junio presenta la envergadura de un adulto pero son muy tÃmidos a la hora del primer vuelo, hecho que suelen provocar los padres ( sin darle de comer en el nido, para enseñar el alimento en posaderos cercanos ); sus primeros vuelos, 100 / 120 dÃas ( junio / julio ),muy torpes, en las cercanÃas del nido y sigue alimentado por los padres, si bien con menos frecuencia. Los jóvenes - llamados inmaduros - presentan plumaje de color pardo oscuro, con alas y cola – menos larga – más clara que sus padres, y el iris en color pardo amarillento, circundado por el anillo esclerótico en rojo tenue ( alcanzan la librea de adulto a los 5 años ).
En agosto / septiembre frecuenta rompederos y continúa el aprendizaje, pero con más autonomÃa, hasta el nuevo ciclo reproductor de sus padres; cuando se dispersará fuera del territorio familiar, con aires de independencia, por amplias zonas de exploración ( alta montaña, serranÃas prepirenaicas, piedemonte y llanuras; extensos parajes a veces superiores a 10.000 km2 ).
Se juntará, durante varios años – época de máximo campeo -, con iguales inmaduros ( es usual verlos juntos en rompederos, dormideros y muladares ). Alcanzará su madurez sexual a los 6 / 7 años, con una esperanza de vida alta 25 / 35 años ( se duplica en cautividad ). En resumen: el ciclo reproductor es largo, dura 1 año con 1 pollo y una tasa de mortalidad de ± 65 %.
Su vuelo es poderoso y, para su gran volumen, acrobático ( tirabuzones aéreos de descenso en celo y a la suelta de huesos en el rompedero ) y estético; aunque su caracterÃstica más notable sea – como buen buitre – su economÃa energética: con un metabolismo mÃnimo de 500 / 700 kcal llega a explorar 200 / 500 km2 , con velocidades entre 40 / 230 km por hora, durante el 80 % de la jornada. Todo ello gracias a la relación entre la superficie de sustentación ( alas y cola extendidas ) y su ligero cuerpo; con una carga alar de 0, 56 g / cm2 .
Sus alas largas, flexibles y ligeramente estrechas ( otra diferencia visual con el buitre, que son rectas y anchas, como un rectángulo ) con una cola larga y maniobrable en forma de rombo ( otra diferencia visual en vuelo, únicamente confundible con la silueta del alimoche, éste de menor tamaño y blancura generalizada, rémiges oscuras ), que le permiten, desde el amanecer, buscar las corrientes térmicas, remontarlas en cÃrculos, hasta tomar la altura deseada y, al ralentÃ, ahorrar energÃa ( los buitres necesitan el calentamiento y / o movimiento del aire; sin el calor o el viento no pueden volar, los quebrantahuesos, sà ); y disfrutar de un vuelo más maniobrable ( el mejor capacitado de los buitres ibéricos ), adaptado a vuelos más bajos y breves sobre zonas abruptas que precisan maniobrabilidad, ya que gusta campear cerca del suelo, en paralelo a las irregularidades del relieve. Utiliza las microcorrientes del aire ( igual que el rey del mar: el albatros, a ras de ola ); su cobertura plumÃfera le garantiza la impermeabilidad ( lluvia, nieve, niebla ) y aislamiento térmico ( la temperatura media interna de las aves, + 40º C, son superiores a la humana, y puede llegar a soportar Ãnfimas temperaturas de – 10º C ).
El aterrizaje es directo y rápido, sin la torpeza de otros buitres. A vista de montañero lo distinguiréis por su forma alar oscura, estrecha y en arco turco, junto a una cola romboide precedida por un vientre claro. La mejor época para ver una pareja es en la época de celo y puesta ( octubre hasta enero ) y la otra, en verano ( junio y julio ) cuando el pollo está a punto de volar ( ¡ Ojo con acercarse al nido: prismáticos y distancia mÃnima de 700 m, pues la molestia puede ocasionar la pérdida de cuidados y la muerte !).
Su hábitat no está condicionado por la altitud ( presente desde el nivel del mar, Córcega, hasta el Everest ) sino el relieve, siempre abrupto ( montañas, acantilados, cañones ... ) donde poder nidificar con tranquilidad ( acantilados sin actividad humana ) ya que tienen un Ãndice muy bajo de reproducción ( 0, 5 % pollo por año ) con acceso al alimento ( rebeco + ganado ).
Y éste es uno de sus problemas, junto a la alta mortalidad en los primeros años, que llegan incluso al 90 %, y su comportamiento poco colonizador de retornar al territorio de crÃa ( llamado filopatria: hábito de los inmaduros a regresar al territorio familiar, para reproducirse por primera vez ) , hecho que se aprovecha en cautividad ( se ubican nidos artificiales en el lugar de la suelta, para que crea que es su origen ). Esta crianza lenta y escasa, junto a su tardÃa madurez sexual, implica una tasa poblacional que crece muy poco y con una dependencia total de las parejas reproductoras; como, asimismo, de la reintroducción ( Picos de Europa temporada 2007 / 2008 y Cazorla – Segura, con nuevas esperanzas ), contándose con un censo peninsular que no sobrepasa las 165 parejas reproductoras. A parte de esto, las causas – ya más comunes con otros carroñeros – son:
- Envenenamiento, 61 % ( estricnina – normalmente con la intención de matar al zorro -, insecticidas, pesticidas, saturnismo ... )
- Disparos, 11 % ( coleccionismo- taxidermia, ignorancia, mala leche: los militares franceses, en las colonias africanas, los mataban como entrenamiento para hacer punterÃa, hasta casi exterminarlos ).
- Cables metálicos y electrocución , 11 % ( en Alpes, se duplica )
- Causas naturales 4 % y desconocidas, 13 %. Además de la reciente normativa europea, que imposibilita la secular labor sanitaria de todo necrófago y la disminución de la trashumancia.
Actualmente está catalogado como especie en “ peligro de extinción †y la gran esperanza radica en su longevidad ( en cautividad, bastante superior ); un cambio positivo en la mentalidad de los lugareños y la gran labor de información y crÃa en cautividad de asociaciones y centros proteccionistas.
Mi agradecimiento y admiración a los fotógrafos de la Naturaleza:
Yves Thonnérieux - http:// www.naturailes.net/
Olivier Laporte - http://digiscopies.free.fr/
Luis Casiano - http://luis.casiano.oiseaux.net/
Francesc Sesat
Jose Luis Rodriguez - http://www.joseluisrodriguez-fotografo.com/
Jaume Capdevila Pons - http://www.fotonatura.org/galerias/9777/?offset=O
Nota: Algunas de las fotografÃas presentes en esta página fueron tomadas sobre la Web. Si reconocen alguna suya, por favor, dÃganmelo y pondré el nombre de su autor.