OSO PARDO - Ursus arctos -
Clase : MamÃferos
Orden : CarnÃvoros
Familia : Úrsidos
Género y especie : ( Ursus arctos ) . Oso pardo, hartz arre, ós bru , osu, ours brun, brown bear.
Hábitat : Animal forestal de extenso campeo.
Alimentación : OmnÃvoro
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Apareció hace 2.500.000 años en Europa y convivió con el oso cavernario ( U. Spelaeus, omnÃvoro de + 400 kg ) hasta su extinción ( 20.000 años ) . Es el mayor carnÃvoro de la PenÃnsula Ibérica, que cuenta con dos poblaciones aisladas desde el s. XVIII ( se exterminó en Euskal Herria occidental, puente de unión geográfico ) que sufrieron un retroceso importante en las décadas de los 80 y 90; actualmente ( censo 2006 ) la población fluctua, tÃmidamente ( catalogada en peligro de extinción y protegido desde 5- 10 - 1973 ):
1º - Cordillera Cantábrica: la principal y más numerosa. ± 130 osos, divididos en dos zonas incomunicadas ( separadas por el ferrocarril, puerto de Pajares y la autopista Oviedo - Leon ), si bien existen proyectos de crear corredores naturales y pasos de fauna para solucionarlo:
a) Zona oriental ( Riaño, Fuentes Carriones, Potes ... 2.500 km2 ) : ± 30 osos, con muchos problemas de endogamia ( reproducción entre familiares ) que provoca abortos, taras y nacimientos de mayorÃa de machos ( actualmente en proporción de ¾ machos ) .
b) Zona occidental ( Somiedo, Muniellos, Cangas del Narcea ... 2.600 km2 ) : ± 100 osos, la mejor y la gran esperanza.
2º - Pirineos ( población autóctona 4 machos ) : ± 20 / 30 osos que campean por las dos vertientes. En la vertiente sur ( Huesca, presencia estable; Navarra, un ejemplar – Camille ,escritos del s. XVI comentan que estaban en las afueras de Pamplona, sierra de Alaiz. -, macho muy viejo y Val d´Aran y Pallars Sobirá ). En la vertiente francesa la presencia es mayoritaria y se han reintroducido osos eslovenos ( mayorÃa de hembras, algunas ya preñadas ). La situación es crÃtica, con gravÃsimos problemas de conservación del hábitat ( estaciones de esquÃ, urbanizaciones, destrucción de bosques, batidas de caza ... ) y endogamia.
Documentación del s. XIV ( por ejemplo: Libro de la monterÃa, Alfonso XI ) habla de poblaciones osunas por toda la penÃnsula, hasta cerca de la costa andaluza. En general se considera viable genéticamente con poblaciones de 60 / 80 miembros.
Robusto plantÃgrado (al andar apoya su peso en las plantas de los pies, marcando las almohadillas - callosidades elásticas - junto a las uñas del pie, y casi toda la mano ) de peso entre 70 / 230 kg ( la subespecie ibérica es la más pequeña y lo normal, 180 kg un 25% menos las hembras ) . Altura en cruz de 90 / 100 cm ( puede ponerse en pie, 2 m) y longitud de 2, 10 m. Giba adiposa, a modo de crin. Pelaje variable ( se dice que no hay dos osos del mismo tono ), dominando el castaño con puntas amarillentas – de ahÃ, al moverse, los reflejos dorados - , corto en la cabeza y vientre, con espesores de 2 / 15 cm ( protege de temperaturas de menos 20 º C ); con un encanecimiento en la vejez que colorea de gris la pelambrera de los veteranos ( en los casi extinguidos ejemplares autóctonos del Pirineo predominan los tonos claros de patas oscuras ); lampiños los labios, el hocico, la cara interna de las orejas y las plantas de los pies; muda anual a principios del verano. Ojos y hocico negros; orejas redondas y pequeñas ( minimizan la pérdida de calor ). Potente mandÃbula adaptada al régimen omnÃvoro ( colmillos cortantes, 30 mm para desgarrar carne; incisivos para cortar hierba y molares aplanados para triturar vegetales ). Cola corta, inferior a 10 cm y extremidades muy oscuras con garras de 6 cm - no retráctiles y se desgastan -, mayores las delanteras.
Mala vista, en especial de lejos, ve de noche y distingue los colores; buen oÃdo y excelente olfato ( búsqueda de alimento y pareja ) . Campea en altitudes de 1.100 / 1.500 m ( si el entorno es favorable, 500 / 2.000 m ), con áreas de 70 / 300 km2 en machos ( en Pirineos al estar tan dispersos y sufrir un hábitat más humanizado necesitan mayor territorio, dándose campeos superiores a 1.000 km2 en machos y hasta de 300 km2 en las hembras, con contÃnuos vagabundeos por las dos vertientes ) y de 15 / 60 km2 en hembras. Solitario, crepuscular y nocturno, durante el dÃa se suele encamar; grandes andarines ( a simple vista algo desgarbados pues sus patas delanteras son algo más cortas - ágiles para ascenso en cuestas y torpes en el descenso -, pueden alcanzar velocidades de 50 km / hora ), exploradores y curiosos, sobre todo, en época de celo. No son territoriales, aunque gustan dejar marcas de su presencia ( visuales y olfativas ). Trepan, nadan y tienen una buena memoria ( entierran o esconden la carroña sobrante para devorarla posteriormente ) o regresan a determinados lugares ( árboles muy fructÃferos, troncos con enjambres ..., gracias a su esmerado aprendizaje de cachorro con su madre ); se conocen el territorio a la perfección - ¡ y es extenso !... Machos hasta 1.000 km2 ; hembras, 70 / 300 km2 -.
Aunque morfológicamente es un carnÃvoro, su alimentación es omnÃvora, dado su gran oportunismo: 80 % vegetariana y 20 % de origen animal ( muy importante, sin ella no serÃa viable su supervivencia como especie: celo, gestación, camadas ...).
Gran oportunista, consume 12 / 16 kg diarios de alimentos - en las subespecies no ibéricas puede llegar a los 40 kg - de variedad estacional: En primavera ( al salir de la falsa hibernación ) es herbÃvoro, 85 %, carnÃvoro, 10 %, y 5 % insectÃvoro ( caracoles, babosas, larvas, abejas, miel – le encanta el dulce, tanto que si no encuentra, mordisquea el lÃber -tejido leñoso con azúcares- de los árboles - y, si localiza una colmena, la destroza para aprovechar todo: abejas, miel, cera y larvas ). En verano campea en horas frescas ( está diseñado para guardar el calor y lo paga ) y gusta de la noche; es frugÃvoro , 55 % ( arándanos, fresas, frambuesas, zarzamoras ... ) e insectÃvoro, 25 % ( mete la mano en la boca de los hormigueros, deja que le piquen para que se adhieran y saca la garra repleta de furiosas hormigas que devora; o, sencillamente, las traga a lametazos ) y carroña – depredación, 20 % ( es la estación más propensa a los ataques al ganado, fundamentalmente por la necesidad vital de carne y el libre pastoreo, sin estabulación. Más usual en ejemplares viejos, ya torpes para la depredación natural que buscan en la comida fácil y al alcance de la mano, la supervivencia: ovejas y vacas jóvenes; en el primer caso, las degüella de un mordisco o les rompe la columna vertebral de un zarpazo, para desollarlas, despreciar las tripas y deleitarse con los músculos y el corazón. Sorprende a las vacas jóvenes, inmovilizándolas hasta desnucarlas para degustar los cuartos traseros y continuar, en dÃas alternos, saboreando el botÃn que enfrenta al anciano señor del bosque con los saqueados ganaderos). Otoño es la estación crucial para la captación de energÃa y acumular grasa ( 30 % más que a finales de la primavera ) frutos secos, 60 % ( castañas, hayucos, bellotas, avellanas ... ); frutos carnosos, 20 % ( gayuba o “comida de ososâ€, acebo, serbales, manzanas silvestres, madroños ... ); 10 % carroña – depredación ( caballar, bovino y, sobre todo, ovejas; devora el pecho y las ancas de la res ) y herbÃvoro, 10 % ( hongos - incluidas las suculentas trufas -, musgos, herbáceas, tubérculos – los desentierra con las garras-, helechos ...). El jabalà compite mucho con él, en especial en esta estación, además de producirle más perjuicios colaterales ( batidas, lazos ...). En el corto periodo invernal - anterior al reposo en la osera - dispone de los restos de la otoñada en frutos secos, 50 %; herbÃvoro 30 %, frutos carnosos 15 % ( cómo medida conservacionista, se plantan manzanos silvestres, acebos, serbales, avellanos, etc.) y carroña – depredación, 5 % ( en Eslovenia instalan comederos con carroña, parecido a nuestros muladares- con otra intención, menos altruista-, y tienen un Ãndice muy bajo de ataques al ganado ). Si la injusta fama exagera y lo descalifica como cazador, su diversión se satisface con la pesca que, en nuestra latitud, abandona las asalmonadas carnes, para mostrar las más comunes y blanquecinas de nuestras señoras truchas y saltarinas ranas. Si dispone de alimentos y la temperatura es soportable “ no hiberna â€; la hembra sà que estarÃa dentro de la osera para parir y se podrÃa alimentar en las cercanÃas ( dentro de las oseras no guardan alimentos ).
Enero es el inicio de la “ falsa hibernación “, por separado, machos - hasta marzo - y hembras - mayo / junio -, se recluyen en las oseras excavadas o, generalmente, oquedades naturales escondidas y poco accesibles; con una abrumadora predilección , en Pirineos, por la vertiente sur, dada su peculiar orografÃa y clima. Los cubiles son pequeños para mantener una temperatura constante superior a 0º ( profundidad inferior a 5 m, altura y anchura inferiores a 1,50 m ); con lecho en forma de nido formado por musgo, hierbas, hojarasca y ramas; tapará todo lo posible la entrada y se enroscará sobre sà mismo - la postura " bola " minimiza las pérdidas de calor -. Su temperatura descenderá 3º / 5º; ritmo cardiaco 40 / 90 pulsaciones por minuto; consumo de oxÃgeno del 50 %; ni orina ni defeca; sus intestinos se obstruyen. El metabolismo desciende hasta consumos de tan solo 25 % con pérdida de peso de ± 40 %. Su sueño no es profundo, detecta del exterior cambios bruscos de temperatura, fuertes ruidos y puede salir de la osera, para solarzarse con los rayos del mediodÃa, en pequeños paseos alrededor del cubil. Los machos son los últimos en entrar y los primeros en salir ( marzo ); las hembras esperan a mayo.
Empieza el celo entre mayo y junio. Ambos son polÃgamos; el macho - solitario solterón - campea por amplios territorios a la busca de hembras. Deja continuas señales visuales y olfativas ( arañazos, mordiscos, restregamientos para impregnar su olor ) sobre los árboles ( fácil de distinguir por las marcas a gran altura ). Los encontronazos con otros machos y las peleas son escasos. Una vez localizada una hembra, la persigue con tal tesón que roza el acoso sexual - hasta un mes de constancia machista -; para aislarla de otros posibles competidores y tras un breve cortejo, realizar durante una semana contÃnuas cópulas, con la finalidad de tener la exclusividad paterna de la camada. Acoplamientos de larga duración, ± 15 minutos, más fruto de la peculiar anatomÃa masculina – pene con hueso peniano que dificulta la separación – que de cualidades amatorias.
La cópula induce la fecundación ( la osa necesita suficiente cantidad de grasa corporal, ya que los óvulos fecundados no se adhieren inmediatamente a la pared del útero, se quedan " descansando" hasta finales de otoño, o inicios del invierno. De ahà la importancia de la carroña y alimentos energéticos que aporten grasa; sin ésta, no existe viabilidad de concepción, pues su organismo absorverÃa los óvulos ); el embrión permanece latente y sin desarrollarse durante este tiempo ( otoño – implantación diferida - ) para reanudar la gestación dos meses, hecho que delimita el pequeñÃsimo tamaño de los oseznos: apenas 350 g ( al no alimentarse la madre, su leche no podrÃa nutrir a cachorros - llamados " esbardos " en la población ibérica occidental - de mayor tamaño ), sin pelo, ciegos, sordos y desdentados, con camadas de uno a tres crÃas, generalmente 2 oseznos / esbardos ( la supervivencia es pequeña: accidentes, enfermedades, alimentación etc., limitan en muchos casos a un único descendiente ).
Al mes abren los ojos, a los dos caminan y pesan entre 3 a 4 kg. En mayo salen al exterior, presentan un collarÃn blanco que les rodea, total o parcialmente, el cuello y que desaparecerá al tiempo ( se difumina con la edad hacia matices amarillentos; para perderse, usualmente, tras la muda del primer año ); su peso asciende a 5 kg y compaginan la lactancia con alimentos sólidos, completando su dentadura de leche a los 3 meses y la definitiva a los dos años; a los 8 meses, 20 kg, y al año pesan 25 kg; se destetan al año y medio; ya empiezan a ser independientes, aunque sin desvincularse del todo hasta los 3 años ( se alejan de la madre e invernan juntos, para separarse definitivamente en el verano ).
En esta edad juvenil empiezan los ataques al ganado, que matará para alimentarse y como juguete de aprendizaje - es la única y breve época en la cual mata por un juego / aprendizaje - ).
Las hembras maduran sexualmente a los 4 / 5 años y los machos más tarde, con un periodo de 3 años entre parto y parto. Tasa de mortalidad elevadÃsima, en los primeros años de hasta el 70 % (p. ej.: el macho mata a los oseznos para que la hembra entre en celo; desnutrición, lazos de furtivismo, accidentes naturales ... ) y un promedio de vida de 25 / 30 años.
El hombre destruye y limita su hábitat ( de hecho, el oso ha subido su cota de altitud en busca de calidad y protección ), caza furtivamente; usa venenos y lazos ( puestos para el jabalÃ, ciervo, corzo ... pero que caen osos ). O implanta leyes sin prever consecuencias ( la nueva ley para paliar el mal de las vacas locas obliga a la recogida de animales muertos y su incineración ) ; el tema de las indemnizaciones ( por diversas causas sigue perjudicado el ganadero ) y nos olvidamos de cosas tan básicas como que más importante que el oso ... es la “ osa “ , fundamental para la viabilidad de la especie; miremos a la C. Cantábrica oriental que hay pocas, en los Pirineos menos y con acento eslavo. Dejemos de jugar con este animal de peluche, mÃtico, admirado y temido desde la Prehistoria; quizá deje de existir por nuestra culpa y tan sólo sea un bonito cuento para otras generaciones.
Todos podemos ayudar a evitarlo: desde la admirable conducta de muchos lugareños que soportan la mayor carga, sufren el zarpazo involuntario del oso y aguantan; hasta el polÃtico que debe legislar con sentido común y escuchar a todas las partes.
¡ Jamás he visto un oso en libertad ... me gustarÃa ... pero, sobre todo, desearÃa que la chiquita que dormitaba todas las noches abrazada a su osito de peluche y su hija y las hijas de sus hijas ... lo vieran campear libre !
Nota: Algunas de las fotografÃas presentes en esta página fueron tomadas sobre la Web. Si reconocen alguna suya, por favor, dÃganmelo y pondré el nombre de su autor.