Tuesday 26 de May de 2009, 15:47:29

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     Los rayos del sol reflejan en la nieve espejos de luz diamantina. La claridad deslumbrante nos ciega con su corona de gloria en la ya cercana cumbre. Luz que abrasa, canto de sirena que enmudece a esa otra voz que nos alerta de su fulgor mortal.
     Oímos crujidos en boca de nieve al pisarla; para imaginar que tan sólo son los lamentos de unos y otra, tras varias horas de ascensión. Sin saber, quizá, que sean los bramidos de una bestia agazapada en la pendiente; con la tensión del predador ante la presa; acechante al menor movimiento que desencadene su feroz ataque en un abrazo letal ...
- Â¡ Alud !

      Un grito de advertencia incapaz de retener el suelo. La última imagen del grupo flota entre nubes de húmeda polvareda, sin tiempo para el auxilio ni el pavor... Bailo sobre blancas olas, espumadas de muerte, que me arrastran a su voluntad. Rugen con la fuerza indómita de un oleaje  embravecido; y yo, como barca a la deriva, naufrago  entre sus gélidas aguas. Torpe títere que bracea en busca de un cielo cada vez más lejano; más allá de la oscuridad de una nieve que sepulta, para emerger de nuevo y, quizá, conseguir la última bocanada de aire.  Otro envite me sumerge en la negrura de un mar sólido, brusco y galopante que me zarandea sin piedad. Noche espesa y fría, en busca de una garganta que no respire, ni aúlle; para robarme el último aliento y dormir en su vacuo lecho de tenebrosidad. Estoy inmóvil, atado por unas sogas trenzadas de frialdad; bajo níveas lápidas, cristalizadas de angustia, deformes por los zarpazos de una fiera insaciable, hambrienta de caos ... Ya todo ha pasado; quietud ..., la calma después de la tormenta.

   
     No siento paz, ni alivio. Soy reo en una cárcel de cristales de hielo que me cortan con sus gélidas puntas; en el corredor de la muerte. Aterido ante la impotencia; a la espera de que Doña Parca, pálida y silenciosa, extienda su manto níveo para atenazarme con su abrazo. Tiemblo ..., quizá su guadaña de lúgubres carámbanos haya sajado mi cuerpo. Y, sangrante, sienta un frío inconmensurable, como si una jauría de bestias polares me devoraran con sus colmillos de hielo y escupieran vaharadas mortuorias de aliento glacial, para adentrarse en mí, hasta escarchar la sangre y quebrar los huesos. Espasmos de tiritona; chispazos eléctricos que, como yesca mojada, no prende en hoguera. Humo sin llama que asfixia los pulmones; neblina mortífera que ahoga la garganta y nubla la consciencia.
     Deseo desdoblarme para que mi ente astral, libre y cálido, huya del helor y de la negritud de esta tumba claustrofóbica; pues la sofocante oscuridad  es mano que estrangula la garganta y venda que ciega el ánimo. Quizá, como un pez en un dedo de fangosa charca,  coletee con la fe de nadar en aguas abiertas; y la salvación o la agonía dependan de la suerte, o de una oportuna mano que actúe de Dios y salve.
     Debo de estar muerto ... Un imperceptible punto de luz rompe la oscuridad absoluta, irrumpe para liberarme ... Unos dedos luminosos me ofrecen la palma ... ¡ No quiero asirla; ansío  vivir, no deseo cruzar el umbral cegador hacia otra dimensión ... No estoy preparado ! La claridad se expande para recortar, al contraluz, una silueta amorfa, aún no definida. Impacta en mi rostro un cálido olor familiar; unas manos me extraen de aquel vientre frígido para darme, otra vez, la vida. Entrecierro los párpados a causa del resplandor; apenas distingo a gentes, junto a un ser peludo y vivaracho que, a mi lado, ladra de alegría...
     ¡ El perro es uno de los mejores amigos del hombre !

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Enviado por Maik el Friday 29 de May de 2009

“Ey que pasa Lupus, que tal?Estremecedor este relato, espero no sea experiencia personal...Los perros son cojonudos.Abrazos.”

Enviado por Lupus el Friday 29 de May de 2009

“Gracias Maik por tu comentario. Sí, sufrimos un pequeño alud y experimenté una gran vivencia personal – afortunadamente, sólo hubo un ligero enterramiento parcial, pérdida de objetos y leves contusiones –, que forjan el germen del corto relato; obviamente con los adornos y desarrollo argumental propios del género. ¡ Y sííííí ..., los perros son cojonudos; imagen, a veces, distorsionada por la irracionalidad de algunos acompañantes humanos ! A reeducar a éstos – que son los que necesitarían ir atados y, sobre todo, con bozal -; y a disfrutar de las montañas, sus gentes y su fauna.”

Enviado por Quo_aquo el Tuesday 9 de June de 2009

“Woooooo Lupussss Eso es un verdadero bautizo! jajajja ciertamente es apasionante cuando la dimensión de lo vivido cobra sentido en nuestras vidas! Me alegro de lo pasado... Y de la existencia del perro, claro!!!

QUO …intentando también surfear mis olas… pero de momento... solo por arriba, juaaa!! :)
”